martes, 29 de marzo de 2016

Bayonetta 2, ¿Qué ha pasado aquí?

A título personal, Bayonetta es uno de los mejores juegos. La protagonista rezuma carisma, su personalidad es brutal, que contrasta con su elegancia natural. ¿Cómo pueden hacer de alguien tan sádico, una apariencia tan delicada? Esa es otra, su diseño. En el primer Bayonetta nos presentan una estética genial, juegan con el negro y el rojo, representando al Infierno, y el blanco, el dorado, (Incluso el azul, recordemos el ojo de Jubileus y al Sabio de Lumen) para simbolizar el Paraíso. Los paisajes y escenarios son preciosos; la apariencia de los personajes es perfecta, la ropa, los detalles, todo. Incluso las criaturas. 
Y ya estaba tardando en mencionar la banda sonora. Sólo digo que escuchar una canción tan tierna como Fly Me To The Moon en una escena de acción gore y que quede un efecto atractivo,  es como mínimo digno de reconocimiento.
Todos y cada uno de los personajes son diferentes, al igual que sus memorias. 
También tiene sus contras, pues nos hubiera gustado saber más de la historia de los personajes, de sus interacciones... ¿Cómo conoció Bayonetta a Enzo? ¿Quién es en realidad Rodin y qué es lo que puede llegar a hacer? ¿Cuál es la historia de Jeanne, cómo llegó a convertirse en lo que es mientras Bayonetta estaba en el ataúd? ¿Cómo han interactuado Luka y Bayonetta tras la muerte de su padre? Además, la premisa es bastante común, despierta con amnesia y lucha por recuperar la memoria.


Lo "terrorífico" viene con Bayonetta 2, la definición de confusión. El final del juego me trajo la sensación de despertar de uno de esos sueños sin sentido, una secuencia de imágenes al azar. 
Aquí no solemos hablar de gráficos, pero llamó mi atención el hecho de que los personajes parezcan "muñecos de plástico", al contrario que su predecesor de 2009-2010. 
La manera en que Jeanne se convierte en el eje de la historia, más que trágica, es cómica. Le ha faltado decir: "¡Yo le salvaré, presidente!".
No digo que esté mal, pero Jeanne es una bruja poderosa con reflejos increíbles, que podría haber salvado a Bayonetta con un potente contraataque. La situación es tan forzada que la podríamos catalogar como "Deus Ex Machina". 
Cuando termines la primera batalla, ya no pararás de pelear, no te darán ni un minuto de tregua. En mi opinión, prefería los combates del primer juego, que te facilitaban un rato para explorar, e incluso dedicaban buena parte del tiempo en puzzles. 
Otro error: Loki. Que sí, que tendrá su enlace con la historia principal, pero era totalmente innecesario. Loki está ahí porque "mola" (Mira que me encanta el aspecto que consiguen crear en Bayonetta, lleno de detalles estrafalarios que les da un toque único a los personajes, por ejemplo Padre Balder, aunque por alguna razón en este juego les ha dado por maquillar a los personajes con tres kilos de base y cinco de sombra de ojos. Del rimel se han salvado Rodin y Enzo porque llevan gafas), pero el chico es fácilmente olvidable, toda su trama es olvidable en realidad. En resumen, su argumento es muy pobre. (Un aplauso para Aesir, el dios nacido de un anuncio japonés de fideos y Joey Tribbiani en Ichiban, pintalabios para hombre)


Finalmente, la estética de Jeanne y Bayonetta. Han cambiado sus rasgos más característicos. A algunos les encanta y eso está muy bien, porque no tienen un diseño feo, ni mucho menos, pero a alguien que prácticamente se enamoró de su aspecto original, resulta raro ver a Bayonetta sin el color rojo (Puede que ahora sea azul por el color simbólico de Wii U, como estrategia de marketing), sin su pelo largo, sin su elegante traje con motivos florales y femeninos... Pero es comprensible que las compañías busquen impactar. Eso sí, el pelo largo de Jeanne, aquel fantasmagórico cabello que atraviesa su cuerpo y otros objetos, también molesta un poco.


Pero lo han hecho otra vez. Ay, esa "ost". Aunque me sigo quedando con la del primer juego, la banda sonora de Bayonetta 2 está muy bien hecha, es pegadiza, fina y enérgica. Los desarrolladores de Bayonetta saben como dar personalidad a su título.

Como siempre, es una opinión personal, ¡Nadie tiene la verdad absoluta! Un saludo, y hasta la próxima. 

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